miércoles, 10 de junio de 2015

CLÁSICA LAGOS DE COVADONGA 2015


No hubiera sido nada raro que en estas fechas no estuviera escribiendo esta crónica reviviendo las experiencias de mi primera marcha y clásica a los Lagos y muriéndome de envidia, leyendo o escuchando las experiencias del resto de la grupeta sino hubiera sido porque aquel viernes 6 de Marzo, en un acto de inconsciencia y empujado por la euforia del WhatsApp me descubriera dando los pasos necesario para hacerme con el dorsal 985. Eso sí, tenía claro que ahora no había disculpa, tocaba prepararse para que nada fallara y contaba con los “elementos” necesarios. Entiéndase por “elementos” los que ellos ya saben.

Y después de 3 meses Junio estaba aquí. Era ya viernes 5 y esa tarde tocaba preparar todo y encaminarse a la aventura, nervios e ilusión en un manojo, incluidos. La pena, que por el camino se nos quedaban Sase, quien le iba a decir que algo le impediría ir a su tercera como bien dijo el mismo, Jesús y Berto.
Nada más llegar, lo primero y sin casi tiempo, a por el dorsal. Con las prisas ni deje bolsa de ropa para el día siguiente, estaba lloviendo y la previsión no era muy halagüeña para la marcha, ni comprobé mi Chip, pese a ver a la gente mirando en un ordenador, creí que comprobaban su inscripción hasta que me saco Mario de dudas cuando nos encontramos para cenar y recargar antes de la “batalla”. Casi acabando de cenar, el tercer componente y veterano de Lagos, Regino, apareció tras un percance con su vehículo, por cierto, espero que todo se solucionara. Sobremesa y ultimamos la hora y sitio de encuentro.
Ya en la habitación preparando todo y a dormir que tocaba madrugar, por si no lo hiciéramos poco entre semana. A las 06:50 los ojos como platos, persiana arriba y como no, agua, complicado librarse. Despertarme pronto me permitió meter ropa de abrigo en la mochila y llevarla al polideportivo, menos mal, lo que me hubiera arrepentido de no hacerlo. Y a la salida ahí estaba Jose Luis que acaba de llegar de León. Ya teníamos conformado el equipo, pero… sorpresa… aparece Berto, lastima y falsa ilusión, sólo viene a recoger los maillot. Y bueno Perfecto que vamos…. a otro nivel.



Todo listo, estamos en la salida, algo retrasados y expectantes sacando algunas fotos y después de aproximadamente 6 minutos del pistoletazo pasamos por la marca de tiempo. Los primeros kilómetros aunque rodamos rápidos son tranquilos y pasan sin apenas darnos cuenta, Mario nos va guiando y metiéndonos en diferentes grupos que se adaptan más a nosotros, con lo que vamos dejando gente atrás. El tiempo nos está respetando y apenas llueve aunque si hace fresco, pero se agradece. Pasamos todo la parte llana pendientes de estar lo más cerca de la cabeza del grupo en el que encontramos buenas sensaciones para evitar cortes que se iban produciendo. En esta dinámica Regino cogió la cabeza un rato y enfilo al grupo camino del primer avituallamiento previo a la Torneria. Tras alimentarnos e hidratarnos un poco nos lanzamos por las primeras rampas de la Torneria, pese a que habíamos hablado de ir juntos hasta Lagos, se cortan Jose Luis y Regino con lo que avanzamos Mario y yo a buen ritmo y recuperando posiciones, lastima del maldito chaleco que se me cae y a por el que regreso pese a pensar en dejarlo ahí, no pasa nada Mario me espera y volvemos a tomar la marcha dejando de nuevo atrás a los que nos habían recuperado. A medida que nos acercábamos al final la niebla iba cerrando el paisaje y alimentaba las voces de ánimo que llegaban de la cima, increíble la sensación de verte coronando con los coches de la organización y público animándote, irrepetible. Mi compañero de faena y yo decidimos no esperar dada la mala climatología y lanzarnos al descenso sin tan siquiera abrigarnos algo, manguitos abajo y listo. Finalizado el descenso, algo cortados, comenzamos la cabalgada para meternos en un grupo, como llanea el amigo. Metidos ya de lleno y sin enterarnos, no es por ir de sobrado, nos preguntamos donde está el segundo puerto cuando estábamos inmersos en él. En las últimas rampas se notó que sí que era y al final segundo avituallamiento del que decidimos pasar. Iniciamos un largo y último descenso que nos llevaría directos al objetivo final, Los Lagos.
Fue un descenso rápido en el que aprovechamos para ir comiendo y consultarnos sobre nuestro estado de forma, sorprendentemente para los dos era bueno. Creo que ninguno nos lo creíamos y por eso seguíamos conservando algo, temiendo que el tío del mazo nos visitara. Pese conservar seguimos cambiando y pasando grupos hasta prácticamente llegar a Covadonga. Aquí si paramos al avituallamiento líquido que acompañamos de un gel y para arriba. De nuevo, que frío me entro, estaba cerca de hacerlo y me encontraba fuerte. Emprendemos la marcha y ahora sí empiezo a rememorar las veces que he visto esta subida en la vuelta España, rotonda y comienzo. La piel de gallina con toda la gente que hay animando y crecido cuando oigo “vamos esos de León” me pongo en pie dejo la rotonda y encaramo en plato, creo que no más de 50 metros y ya lo quito que queda mucho por andar. En mi mente el cálculo que tenía, 1 hora. Así que tranquilidad pero sin perder ritmo. Mano a mano vamos pasando uno a uno con precaución por los que bajan y los bandazos de lo que nos preceden. Uno de estos rompe ritmo a Mario que cae sin mayores consecuencias prosiguiendo al ver que no le ha pasado nada porque puso el pie a tierra rápido. A medida que seguimos subiendo la niebla, de nuevo, hace acto de aparición para acompañarnos hasta el final, primera experiencia y épica del todo, recuerdo a Perico apareciendo con las cámaras de meta. Relajo el ritmo y pierdo a mi compañero al que vuelvo a enganchar en la Huesera para luego dejarme el descanso antes del Mirador de la Reina en el que me dejo caer. Antes en la Huesera nos llegan los ánimos de Perfecto ya descendiendo el muy…. Encaro el Mirador y ya si toca meter el 30, creo que me habían dicho que no me iba a arrepentir y así fue. Sin ver nada más que la carretera, la gente que iba pasando, unos en bici otros andando, algunos parados acalambrados reconozco y, aún jodido, llego a sonreír pensando en lo bien entrenado que he llegado gracias a los compañeros de grupo que en unos meses me han puesto al hilo, eso si aquí no me quedo el último. Los últimos kilómetros se me empiezan a hacer ya algo pesados y me revienta escuchar tanto “te queda poco”, el cansancio hace mella. Pero al fin, reconozco esa bajada es la que te lleva directa a meta, lo he conseguido, lo he hecho, he subido Lagos y he aguantado mi primera marcha. Fin de la bajada, curva a derecha un grito de ánimo que me dice “dale que vas con fuerza todavía” quito piñón me levanto y a subir con ganas por sacar el mejor tiempo pero… no está aquí el final, queda una curva a la izquierda y ahora sí, última rampa, aprieto los dientes, no iba a dejar que me pasara nadie que deje atrás, y 05:05 mi tiempo final. Había cumplido con mi objetivo marcado.



Crónica de Patricio Martínez



1 comentario: